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Como encajar el NO

Encaj

ar el no a menudo puede resultar un reto. No te hemos seleccionado para el puesto de trabajo, no tengo tiempo para ayudarte con la mudanza, no has aprobado el examen, hoy no puedo ir a tomar un café, ya no te quiero, no, no, no y no. Seguro que no soy la única a la que solo leyendo las primeras dos líneas se le compunge un poquito el corazón.


¿Qué tiene el no que nos desanima y nos entristece? ¿Cómo lo consigue? Hoy reflexiono sobre sus tres mayores consecuencias y os propongo una estrategia para cada una de ellas que espero os ayude a llevar mejor la situación.

Una de las asociaciones más típicas que nos impiden encajar el no es la siguiente:


  • CUANDO ME DICEN QUE NO, NO ME QUIEREN.

Una de las causas más comunes que nos generan malestar es interpretar que cuando me dicen que no, me lo están diciendo a mí, me están rechazando a mí y no me quieren a mí. Cuando alguien me dice no quiero ir al cine, yo le pongo la coletilla “contigo” y me sumo en la miseria máxima.

ESTRATEGIA: Pensar que no es a mí, sino a lo que propongo a lo que están diciendo que no. Del mismo modo que cuando yo rechazo un plan no rechazo a la persona que me lo plantea, sino simplemente a la actividad.

En algunas situaciones, encajar el no también nos puede costar si pensamos:


  • COMO ME DIJERON QUE NO, NUNCA ME DIRÁN QUE SÍ.


Otra cualidad fantástica del NO es que creemos que perdura en el tiempo y nos lo solemos tomar como algo eterno y definitivo que nos merma la confianza y nos limita a la hora de proponer planes o manifestar ideas en un futuro. Como aquella vez que propuse ir al cine en el grupo de Whatsapp nadie se unió, ya no voy a proponer nada más. ¡¡ERROR!!

ESTRATEGIA: ¡Sigue proponiendo! Ahora que ya sabes que no te lo decían a ti, si no a la propuesta, atrévete a continuar sugiriendo planes. No dejes que el no te convierta en alguien pasivo y aburrido.

Por último, otra muy común es la siguiente:


  • COMO NO LO HE HECHO BIEN, NO VALGO.


En frases como “no has aprobado el examen” o “no te hemos seleccionado para el trabajo”, es muy frecuente que no nos creamos capaces o suficientemente buenos, nos desmotivemos y nos deprimamos, porque no hemos conseguido aquello que queríamos.

ESTRATEGIA: Lo que hoy es un no puede ser una gran oportunidad para ver qué me está faltando y qué debo aprender. Quizás la solución a las dos primeras frases es estudiar más o prepararse la entrevista mejor. De nuevo, ese no no habla de nosotros ni de nuestras capacidades, si no de cómo hemos hecho algo en un momento determinado de nuestras vidas y eso también puede cambiar.

Sea cual sea el apartado con el que os habéis sentido más identificados, desde aquí os animo a vivir tranquilos, a que os queráis igual y os valoréis tanto el día que os dicen que sí como el día que os dicen que no. Al final, lo que importa no es la respuesta, sino cómo nos la tomamos. ¡Feliz día!

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